Perdonen la disgresión, pero en España el PP termina por evocar la palabra diferente, como un concepto patético de subnormalidad profunda, propio de la naturaleza hispana, que siempre ha tratado de conformarse en el ataque a los demás como forma de superar el viejo conflicto de la creación de la España profunda. Echaron a los judíos, echaron a los hortelanos, quemaron las capas burguesas de Castilla y creen ahora que con ser tecnócratas es suficiente. La obra opusdeista incluso les suena a peligrosa por haber adquirido una dimensión social entre las capas medias y tratan ahora de azuzar líneas religiosas más duras, que parten de los núcleos conservadores extremistas americanos. No hay forma de que la derecha española arrive a la playa de la modernidad y se serene. La clase empresarial vasca y catalana que trata de organizar sus empresas y su aparato científico-técnico al margen de ese vocinglerío conservador hispano agrupado en el PP, ha empezado a llamar al orden al propio partido de la derecha española, diciendo que por allí no hay solución alguna a los retos de la modernidad. En el eje Norte (Asturias) al Mediteráneo (Valencia) se abre lo que se llama el arco Norte mediterráneo que mira a Europa. Incluso en el seno del PP dentro de ese arco se manifiestan discrepancias evidentes de disconformidad con el centro. Pero, ya se sabe ..... en esta España la disidencia no suele estar bien vista y los transgresores que se atreven a pasar hacia la modernidad son castigados. Sólo quedan en pie los seres del Neolítico. Tiren una bandera por innecesaria que sea, que allí estará el conservadurismo hispano para recogerla!!!!
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