Desde el año 36 al año 75 el terrorismo fue la única baza de gobierno de la derecha española. Una de las derechas más incívicas del mundo llamado avanzado. Una derecha apoyada en el nacionalcatolicismo como único eje vertebrador. Contra esa aplastante derecha se levantó una oposición que tuvo que pasar por comisarías, pelotones de fusilamiento y vaya usted a saber qué (por qué hasta recordamos las historias de banderilleo en las plazas de toros). El seat 600 y la tecnocracia levantaron una cortina de humo sobre el pasado y la transición política a la democracia se hizo de la forma más consensuada posible. Hoy esa derecha que entonces se opuso a la constitución reclama la inmutabilidad constitucional. Esa derecha que aplastó las Cortes de Cadiz reclama las ya trasnochadas Cortes de Cadiz (que incluían las colonias). Esa derecha que su arma electoral predilecta en la Historia fueron las pistolas, pide en la calle a Zapatero que no pacte con el terror.
Pues eso está haciendo Zapatero. Precisamente eso. No pactar con el terrorífico historial de una derecha contraria a cualquier idea de modernidad y progreso en una Europa social y democrática más avanzada que la sociedad norteamericana de la que cuelgan Aznar y sus congéneres. Y eso no quiere decir que la historia con ETA vaya acabar bien. Pero es que con la derecha de siempre la historia suele acabar siempre mal. Esa es la Memoria Histórica de la España que ama la democracia y el progreso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario