Queda muy bien decir he leido a Cervantes. Queda muy bien leer al ultimo escritor comprometido. Pero en la sociedad del conocimiento, con la que nos identificamos algunos trabajadores, la apatía o indiferencia por el conocimiento científico y el progreso tecnológico es inadmisible. En nuestro país grandes espacios de los medias se destinan a ver la vida de los llamados famosos y enseñar horas y horas a gente que debía ser pasto de los psiquiatras. No es que sea frustrante, sino que empieza a ser preocupantemente peligroso. Un conductismo social tan nauseabundo se contrapone al que la sociedad inglesa está efectuando de la mano de Blair al tratar de incorporar a los parados a la sociedad de la información. La libertad sin progreso no deviene a la larga más que en dependencia, servilismo y tiranía. El desnivel de Irlanda con la sociedad del conocimiento ha disminuido. En los Estados Unidos, el sistema conservador, hace que la gente del MIT insista en que hay que profundizar y ampliar la capa social de los trabajadores del conocimiento al igual que lo hace la mittleeuropa y Japón. En España, exceptuando el pais vasco, el despiste es colosal, pese a algunas iniciativas locales que apoya gente tan comprometida como la de la Asociación Española de Científicos. (http://www.aecientificos.es/) y su presidente Jesús Martín Tejedor. En la sociedad del conocimiento como la actual, es inadmisible el que haya dirigentes poco preparados. Es una verguenza que adquiere tintes patéticos.
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