Dos gobiernos de concentración nacional (Israel y Alemania) no hacen más que anunciarnos los posibles huracanes asiáticos en la actual humanidad. Me viene a la memoria Salamina y el horrible choque que Asia y Europa tuvieron en la noche de los tiempos. Los occidentales fueron menos pero vencieron, aunque por poco margen y siempre in extremis. Y como dice el refrán hay que saber detectar el Tsunami antes de que éste te atrape. El antioccidentalismo está de moda en algunos círculos "cultos" de oriente, y yo soy el primero en señalar las propias debilidades del sistema. Criticar, reformar e incluso revolucionar la democracia es ayudar a mejorarla. Pero la negación entendida como anulación de la democracia es simplemente antidialéctica y propia de las ideologías del medioevo. Yo mido a la gente por los hechos y no por palabrerías anticientíficas y contrarias al progreso, entendido éste como de crecimiento en democracia y sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario