La primera ministra alemana ha dicho en voz alta a Irán que hay límites en los que la línea roja está marcada y que no se deben sobrepasar. Las amenazas de Irán y sus insinuaciones acerca del holocausto no se olvidan por muchos españoles que se atrevieron a plantar cara a los césares de la llamada bestia de occidente, que sin embargo fue muy amiga de un exacerbado orientalismo. Muchos españoles pasaron por los campos de exterminio donde los parásitos y guerreros se jactaban de los trabajadores y demócratas (entre los que se encontraban muchos judíos que fueron acusados de corruptores de la humanidad). Para las democracias occidentales hay cuestiones que están grabadas con mucho fuego. Y el fuego sirve entre otras cosas para fundir recuerdos. Admirador de lo Alemán, a este servidor le duele mucho pensar que se confunda lo alemán con el nazismo. Igual que me duele pensar que se confunda lo español con el franquismo. Ninguna nación de la tierra está libre de los tiranosauros del medioevo, incluso disfrazados de progresistas amantes de la filosofia de la miseria y de lo miserable. Hoy la admisión y el ejercicio de la democracia es la única piedra angular que puede homologar a una fuerza política creíble y a una nación que se precie de estar con la comunidad internacional. Lo demás son puras mistificaciones.
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