miércoles, marzo 08, 2006

Donde está la izquierda y los demócratas?

Se supone que la izquierda era internacionalista. Se supone que los trabajadores no teníamos patria. Se supone que estamos en la era global.
Y ahora resulta que emergen los nacionalismos, los bloques se enfrentan, los petroleros mandan el mundo y las espadas se levantan. Mientras tanto la ofensiva neoliberal proclama el fin de la historia. El nacionalismo y las castas sacerdotales de oriente se alzan como contestación desde el pasado al presente. Y el resto del mundo de la izquierda se debate entre opciones carniceras, sin querer entender que la izquierda nació con vocación de liderar los intereses de la moderna clase trabajadora asalariada, que es mayoritaria, que va a trabajar cada mañana y que construye todos los mundos posibles con su trabajo. Vaya mi homenaje a esos trabajadores del transporte de Irán que luchan por progresar, a esos jóvenes franceses que luchan por el empleo, a esos trabajadores de la Boeing en Estados Unidos. A todos menos a los agentes de bolsa que especulan en como sacar rentabilidad a su dinero sin generar trabajo, progreso y democracia en el mundo. A todos menos a los petroleros que apenas se esfuerzan en pensar en el mañana y envían ejércitos públicos y privados para deleitarse en sus fines, mientras el petróleo se dilapida en atascos.
Cuando una sociedad y una civilización no se renueva, está llamada a morir. Esa es una ley histórica de todas las civilizaciones que han pasado por la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Demasiadas suposiciones que la historia, en la inmensa mayoría de los casos, desmiente. ¿Internacionalista la izquierda? ¿Y qué pasó con la I y II guerras mundiales? ¿No había izquierda y, por cierto, más fuerte que ahora? ¿Habría ganado la guerra Rusia si Stalin no hubiese apelado incluso a la iglesia ortodoxa rusa y a la salvación de la Gran Patria rusa? ¿Habrían ganado los vietnamitas si no hubiesen convertido su resistencia en una guerra nacional?
La globalización es, entre otras cosas desde luego, la internacionalización intensiva de los intereses de determinadas naciones dominantes hoy en el planeta. El poder mundial tiene rostros, tiene banderas nacionales y Dios sigue bendiciendo a los EEUU.
Saludos a Eneas y palante.