Falla y La Atlántida

Hay un atavismo hispano que nos muestra cuan dificil es hablar de una atlántida primordial sin morir en el intento. El primero conocido flegetanis de Toledo. El último Manuel de Falla en Argentina en 1946, amigo del poeta José Bergamin, y que dejó su obra "La atlántida" inacabada. La gesta íbera de la civilización tartésica de Gerión sigue dando que hablar en los núcleos de antropólogos que van descubriendo la tradición cósmica, matriarcal y avanzada de aquella civilización que se hundió presa de los tan contemporáneos tsunamis. En todo caso el republicanismo en España siempre tuvo en esa atlántida un mito antropológico importante. Y si no se lo creen pregunten el por qué algunas juventudes en la República desfilaban con la camisa azul celeste. La aventura nunca acaba y los estudios siguen su ritmo. Si Cinto Verdaguer se aventuró sobre la Atlántida, ahora los estudios siguen desde Euzkadi al Monte Atlas. Ya ven los viejos mitos y leyendas reviven. El malestar de la cultura, del que nos hablaba Freud, nos hace rebuscar en el baul de los más remotos antepasados para buscar una antropogénesis que nos permite acercarnos a una sociedad más amante de la ciencia, la razón y la solidaridad humana. Mientras tanto el color azul celeste ya está representado en la bandera de las Naciones Unidas establecida el 20 de octubre de 1947 y cuenta con el emblema oficial de la ONU en blanco, centrado en un fondo azul pálido (tonalidad PMS 279). Sólo los imbéciles insultan y desobedecen a esa bandera erguida tras la II Guerra Mundial. Y algunos más imbéciles simplemente la utilizan para sus sucios intereses, olvidando el sufrimiento de millones de personas para acabar con la locura colectiva de los iluminados.