Si uno analiza los paises donde se desarrolla el integrismo verá con claridad que todos tienen como común denominador al petróleo. Hay integrismo fatimita, integrismo saudita, integrismo ruso, integrismo americano, integrismo sudamericano, integrismo noruego, integrismo inglés, integrismo mexicano, integrismo para todos los gustos. La llamada Ira de Dios no es otra cosa que la fabricación no de escritos de QumRam sino simplemente de RAM (Religiones Astutamente Modificadas) para manipular los sentimientos de los desheredados de la tierra y llevarlos como ganado al matadero en defensa de intereses ajenos, ya que apenas repercute el dinero ingresado en la mejora del bienestar de las gentes. Incluso en el espejismo del islam, está por ver que alguien me muestre si la llamada hermandad ente las gentes de su misma condición no pasa de una mera beneficiencia, para prolongar los estados de abandono generalizado en los que se siguen moviendo esas gentes. Se generan fábricas?. Se genera ciencia civil? Se genera economía productiva? Los Dioses siguen apareciendo del lado de la guerra, la muerte y la destrucción.
De pequeños aprendíamos que las tribus semíticas caminaron hacia la tierra que manaba leche y miel. Era un poema agrario que tenía un imaginario popular de ensueño. Pero es que lo único que hoy mana detrás de todos los integrismos es una energía que está llamada a desaparecer de la tierra. Una energía fósil que embelesa a quien la maneja por el dinero a corto plazo que deja. Y tras ese integrismo se esconde otro que aun es peor y que es el llamado patrón de cambio de las mercancías. El pago de las materias energéticas no admite más que el llamado patrón dólar como patrón de cambio. Impidiendo la varianza del patrón de cambio, la clase conservadora norteamericana sigue impidiendo el que en Estados Unidos se reajuste la sociedad y la economía productiva para hacerla más eficiente frente a Europa, Japón y China que apenas tienen petróleo. La guerra civil americana se organizó por la impertinencia sureña de no querer atender la centralidad de la industria como base del progreso económico. Y aun cuando el Sur tuvo mejor ejército, perdió la guerra. Las naciones progresan del lado de la ciencia, el trabajo y la industrialización.
De pequeños aprendíamos que las tribus semíticas caminaron hacia la tierra que manaba leche y miel. Era un poema agrario que tenía un imaginario popular de ensueño. Pero es que lo único que hoy mana detrás de todos los integrismos es una energía que está llamada a desaparecer de la tierra. Una energía fósil que embelesa a quien la maneja por el dinero a corto plazo que deja. Y tras ese integrismo se esconde otro que aun es peor y que es el llamado patrón de cambio de las mercancías. El pago de las materias energéticas no admite más que el llamado patrón dólar como patrón de cambio. Impidiendo la varianza del patrón de cambio, la clase conservadora norteamericana sigue impidiendo el que en Estados Unidos se reajuste la sociedad y la economía productiva para hacerla más eficiente frente a Europa, Japón y China que apenas tienen petróleo. La guerra civil americana se organizó por la impertinencia sureña de no querer atender la centralidad de la industria como base del progreso económico. Y aun cuando el Sur tuvo mejor ejército, perdió la guerra. Las naciones progresan del lado de la ciencia, el trabajo y la industrialización.
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